Tim Cook dice que no puede fabricar en Estados Unidos, pero hay un país donde Apple vende y fabrica. No es ni China ni Vietnam
Nos encontramos en una cruenta guerra comercial a la que Trump y China no hacen más que echar combustible: mientras uno eleva los aranceles al cielo el otro lo hace hasta la estratosfera. Y empresas como Apple no pueden acomodarse a lo que pide Trump: fabricar en Estados Unidos. Pero ¿realmente es inviable sacar la producción de Asia? Pues no, que se lo pregunten a Brasil. Los aranceles que vienen y van están siendo la noticia económica de estos días. No solo económica, terminan afectando al resto de ámbitos, especialmente al tecnológico. Como uno de los objetivos de Trump es que se fabrique en su país, empresas como Apple son reticentes debido al coste de trasladar la producción desde Asia hasta América. El problema es que Apple ya fabricaba los iPhone en Brasil, precisamente para ahorrarse las tarifas impuestas a los importadores. China es el número uno mundial en tecnología por algo Iphone 16 Plus Que las tarifas impuestas al comercio internacional hacen subir los precios de la mayoría de productos es algo obvio: una buena parte de lo que consumimos viene de otro país (o se fabrica con elementos importados). En el campo de la tecnología el principal origen de todo es China. Y hay una razón de enorme peso: la cadena de suministros está allí. En Xataka Móvil Los nuevos aranceles de Trump han golpeado con fuerza a Apple, pero hay una esperanza: la posibilidad de una exención arancelaria China se hizo fuerte gracias a las deslocalizaciones que las empresas realizaron en todo el mundo para ahorrar costes. El país chino empezó aportando mano de obra, después innovación y acabó por copar la fabricación de la mayoría de piezas que incorporan los dispositivos electrónicos. El resultado es el siguiente: China posee las mayores fábricas de montaje del mundo, también las empresas que se dedican a montar componentes electrónicos. La mayoría de piezas implicadas en dispositivos como un smartphone se fabrican en la propia China. El tiempo y el espacio que requiere el desplazamiento entre los componentes y la fábrica de montaje es mínimo: la cadena de suministros se reduce a China (es más, casi todo se produce y se monta en la provincia de Shenzhen, el proceso queda aún más localizado). China posee la mano de obra más especializada y concentrada en electrónica del mundo. Con todo lo anterior, hay un elemento más que añadir a la ecuación: el coste de la mano de obra sigue siendo más bajo en China que en países como Estados Unidos, donde Trump pretende recuperar el proceso completo de fabricación. Tim Cook ya dijo que centrarlo todo en su país era inviable. Ni Apple ni Google podrían diseñar los móviles, los componentes, fabricar cada uno de los elementos del teléfono, armar una cadena de suministro local y montar el producto dentro de las fronteras de Estados Unidos. Aunque hay un país que consiguió más o menos lo que pretende Donald Trump. También a costa de tarifas. Si Apple ya monta el iPhone en Brasil, ¿por qué no podría hacer lo mismo en Estados Unidos? Trump y Tim Cook. Imagen de Trump White Brasil ofrece incentivos a aquellas empresas que deseen fabricar dentro del país. También aplica aranceles a los importadores para los productos electrónicos terminados. Por tanto, aquellas marcas que desean hacerse fuertes en el mercado brasileño terminan llevando fábricas allí para hacer más atractivo el precio de los dispositivos. Apple está entre ellas. La Ley de la informática, creada en 1991, aspiró a mejorar la productividad de Brasil incentivando a que las empresas fabricasen y vendieran los productos dentro del país. Esta ley se reformó en 2019 y también en 2020. El resultado es que una buena parte de empresas, como Motorola, BBK (la dueña de Oppo, Vivo y Realme) y Apple disponen de fábricas locales que manufacturan los dispositivos electrónicos. En Xataka Móvil Apple es el gran perjudicado por los aranceles del 104% a China. Tanto que ha perdido de inmediato su corona como empresa más valiosa del mundo Los incentivos brasileños dependen del nivel de fabricación dentro del país. Dicho nivel se mide bajo el Proceso Productivo Básico o PPB: si las empresas montan y sueldan casi la totalidad del dispositivo en Brasil, integran allí las pantallas, realizan el montaje completo y hacen las pruebas funcionales, pueden quedar exentas de los impuestos de importación, del de productos industrializados y otras ventajas. Esto abarata en buena medida el precio final de los dispositivos. Apple monta en Brasil los iPhone que más vende allí. Suelen ser los modelos más económicos y con mayor demanda; mientras que los iPhone Pro y Pro Max, al tener menor salida, se importan directamente Apple ya posee una fábrica en Brasil donde monta sus iPhone: está en Jund

Nos encontramos en una cruenta guerra comercial a la que Trump y China no hacen más que echar combustible: mientras uno eleva los aranceles al cielo el otro lo hace hasta la estratosfera. Y empresas como Apple no pueden acomodarse a lo que pide Trump: fabricar en Estados Unidos. Pero ¿realmente es inviable sacar la producción de Asia? Pues no, que se lo pregunten a Brasil.
Los aranceles que vienen y van están siendo la noticia económica de estos días. No solo económica, terminan afectando al resto de ámbitos, especialmente al tecnológico. Como uno de los objetivos de Trump es que se fabrique en su país, empresas como Apple son reticentes debido al coste de trasladar la producción desde Asia hasta América. El problema es que Apple ya fabricaba los iPhone en Brasil, precisamente para ahorrarse las tarifas impuestas a los importadores.
China es el número uno mundial en tecnología por algo

Que las tarifas impuestas al comercio internacional hacen subir los precios de la mayoría de productos es algo obvio: una buena parte de lo que consumimos viene de otro país (o se fabrica con elementos importados). En el campo de la tecnología el principal origen de todo es China. Y hay una razón de enorme peso: la cadena de suministros está allí.
China se hizo fuerte gracias a las deslocalizaciones que las empresas realizaron en todo el mundo para ahorrar costes. El país chino empezó aportando mano de obra, después innovación y acabó por copar la fabricación de la mayoría de piezas que incorporan los dispositivos electrónicos. El resultado es el siguiente:
- China posee las mayores fábricas de montaje del mundo, también las empresas que se dedican a montar componentes electrónicos.
- La mayoría de piezas implicadas en dispositivos como un smartphone se fabrican en la propia China.
- El tiempo y el espacio que requiere el desplazamiento entre los componentes y la fábrica de montaje es mínimo: la cadena de suministros se reduce a China (es más, casi todo se produce y se monta en la provincia de Shenzhen, el proceso queda aún más localizado).
- China posee la mano de obra más especializada y concentrada en electrónica del mundo.
Con todo lo anterior, hay un elemento más que añadir a la ecuación: el coste de la mano de obra sigue siendo más bajo en China que en países como Estados Unidos, donde Trump pretende recuperar el proceso completo de fabricación. Tim Cook ya dijo que centrarlo todo en su país era inviable.
Ni Apple ni Google podrían diseñar los móviles, los componentes, fabricar cada uno de los elementos del teléfono, armar una cadena de suministro local y montar el producto dentro de las fronteras de Estados Unidos. Aunque hay un país que consiguió más o menos lo que pretende Donald Trump. También a costa de tarifas.
Si Apple ya monta el iPhone en Brasil, ¿por qué no podría hacer lo mismo en Estados Unidos?

Brasil ofrece incentivos a aquellas empresas que deseen fabricar dentro del país. También aplica aranceles a los importadores para los productos electrónicos terminados. Por tanto, aquellas marcas que desean hacerse fuertes en el mercado brasileño terminan llevando fábricas allí para hacer más atractivo el precio de los dispositivos.
Apple está entre ellas.
La Ley de la informática, creada en 1991, aspiró a mejorar la productividad de Brasil incentivando a que las empresas fabricasen y vendieran los productos dentro del país. Esta ley se reformó en 2019 y también en 2020. El resultado es que una buena parte de empresas, como Motorola, BBK (la dueña de Oppo, Vivo y Realme) y Apple disponen de fábricas locales que manufacturan los dispositivos electrónicos.
Los incentivos brasileños dependen del nivel de fabricación dentro del país. Dicho nivel se mide bajo el Proceso Productivo Básico o PPB: si las empresas montan y sueldan casi la totalidad del dispositivo en Brasil, integran allí las pantallas, realizan el montaje completo y hacen las pruebas funcionales, pueden quedar exentas de los impuestos de importación, del de productos industrializados y otras ventajas. Esto abarata en buena medida el precio final de los dispositivos.
Apple ya posee una fábrica en Brasil donde monta sus iPhone: está en Jundiaí, São Paulo, y está operada por la china Foxconn. El ensamblaje local demuestra que la empresa aprovecha las ventajas y desventajas que los países imponen a los importadores para adaptarse al terreno y fabricar de forma local. Por tanto, también le resultaría factible ensamblar en Estados Unidos. Incluso fabricar parte de los componentes allí: para eso precisamente abrió TSMC una fábrica en Arizona.
Seguramente Apple termine fabricando en Estados Unidos
Quizá Trump baje y suba los aranceles según se levante por la mañana, pero siguen siendo tarifas variables a todos menos a China. Al país asiático lo tiene cruzado, no en vano la escalada en la guerra comercial parece no tener fin. Y con unas importaciones que se prevén encarecidas, Apple seguramente opte por el modelo brasileño.
Si le sale a cuenta fabricar en Brasil para así obtener ventajas fiscales, ¿por qué no va a terminar haciendo lo mismo en Estados Unidos? La duda está en saber cuándo lo hará y si finalmente le sale a cuenta, porque levantar una fábrica de montaje puede requerir más tiempo que lo que aguante Trump en La Casa Blanca. Y puede que quien venga después sea más laxo con la política comercial con China.
Las multinacionales van a tener serios problemas, pero los consumidores también. Y el precio va a ser solo uno de esos problemas: no sería extraño que sufriéramos roturas de stock en dispositivos muy populares. Veremos qué tal se presenta la keynote de septiembre con unos iPhone 17 que sufrirán de lleno el peso de los aranceles.
Imagen de portada | GPT-4o en ChatGPT editada
En Xataka Móvil | Los aranceles son tan fuertes como para que Apple se plantee una nueva vía para comprar un iPhone: la suscripción
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La noticia
Tim Cook dice que no puede fabricar en Estados Unidos, pero hay un país donde Apple vende y fabrica. No es ni China ni Vietnam
fue publicada originalmente en
Xataka Móvil
por
Iván Linares
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