Apple debe volver a enamorar al mundo en la WWDC25. Y esta puede ser su gran remontada
El próximo 9 de junio se celebrará en Cupertino la WWDC25, la edición de este año de la conferencia de desarrolladores mundial de Apple. Ni es sólo una conferencia más, ni es sólo para desarrolladores: esos días en el Apple Park la compañía explica al detalle todas las novedades en los sistemas operativos para el ecosistema. El alma de cada uno de sus dispositivos y lo que define qué son capaces de hacer. Esta WWDC25 es aún más importante por el contexto en el que se llega a junio: el retraso de la Siri de nueva generación prometida con Apple Intelligence precisamente en la conferencia del año pasado está pasando factura a la compañía que incluso ha tenido que recurrir a cambios internos. El fin del mundo nunca acaba para Apple Steve Jobs en la WWDC de 1997, defendiéndose ante una crítica sobre las decisiones que estaba tomando al volver a Apple. Tras más de diecinueve años cubriendo el mundo Apple - y algunos más como aficionado - hay también que contextualizar estas “crisis”, como algunos se empeñan en llamarlas. No es la primera de Apple, ni la más sonada - y la compañía (hasta hoy) ha sabido superar todas y cada una de ellas con nota. La más reciente, los problemas de Apple Maps que tras ajustes internos similares a los que hemos vivido estos días han sado lugar a una de las mejores apps de mapas del mercado. El mismísimo Tim Cook tuvo que publicar una carta disculpándose. Apple enfrenta críticas habituales por su alta visibilidad, pero ha superado crisis anteriores con éxito, manteniendo un nivel de exigencia que pocos pueden igualar Apple es una compañía que siempre está en el candelero. Para bien o para mal, aficionados o detractores siempre la tienen en el punto de mira. No pueden permitirse un fallo como otras compañías, porque entonces son presa de los titulares en medio mundo. Desde los aficionados el nivel de exigencia es máximo, porque esta es una empresa de máximos - pero empresa, al fin y al cabo. Es por ello que muchas veces desde Cupertino son extremadamente cautos con los lanzamientos o declaraciones, aunque eso transmita la sensación de que han bajado la velocidad de crucero. Hoy "romantizamos" la presentación del iPhone pero en su momento fue objeto de grandes críticas por parte de pilares importantes de la industria Durante estos más de dos décadas siguiendo a Apple he visto de todo, y me refiero a todos los ámbitos: desde expertos que auguraban una debacle económica al lanzar un reproductor MP3 llamado iPod de 300$, el fin de la compañía al pasar de procesadores PowerPC a Intel o la falta de credibilidad que algunos otorgaban a Steve Jobs cuando presentó el iPhone - porque no se centraban únicamente en ordenadores "que es lo que deberían hacer". Aunque Apple ha superado muchas crisis en el pasado, su rezago en inteligencia artificial pone a prueba su reputación; el 9 de junio será clave para demostrar su capacidad de reacción Si incluso cuestionaban al genio, la época de Tim Cook ha tenido también sus decisiones polémicas - aunque sin la salvaguarda ni el campo de distorsión de la realidad de Jobs. Y a pesar de que Cook y su equipo han sabido volver a coger las riendas en los momentos de problemas, cada día puede costarles más (quizás en su mejor activo, la reputación) volver a enderezar el timón. No, no es el fin del mundo para Apple, al igual que no lo ha sido en otras ocasiones ni lo será en las próximas. Pero tampoco hay que subestimar los problemas de la compañía con la IA, un campo donde toda la competencia parece haberlos adelantado en resultados. Apple tiene que hacer algo: situaciones extraordinarias requieren medidas extraordinarias. Y el mejor momento para demostrarlo es el 9 de junio. El contexto: Apple le dice a Gruber que la nueva Siri se retrasa Justine Ezarik en una charla sobre Apple Intelligence entre John Giannandrea y Craig Federighi, durante el pasado WWDC24 en el Apple Park. El artículo de Daring Fireball publicado el 7 de marzo de 2025 confirma oficialmente un retraso importante en una de las promesas más ambiciosas de Apple: la llegada de una Siri verdaderamente personalizada bajo el paraguas de Apple Intelligence. En palabras de la portavoz Jacqueline Roy, la compañía ha estado trabajando en una Siri más contextual y proactiva, con capacidad para actuar en nuestras apps y comprender nuestro entorno personal. Pero los planes han cambiado. Apple admite que no llegará este año, sino durante el próximo ciclo, es decir, con iOS 19 y macOS 16. Apple retrasa hasta 2026 el lanzamiento de su Siri personalizada con Apple Intelligence, admitiendo que no llegará con iOS 18, aunque podría mostrar avances iniciales en la WWDC25 este junio Lo primero que llama la atención es la forma en que Apple decide comunicar este tipo de noticias. Como bien dice el artí

El próximo 9 de junio se celebrará en Cupertino la WWDC25, la edición de este año de la conferencia de desarrolladores mundial de Apple. Ni es sólo una conferencia más, ni es sólo para desarrolladores: esos días en el Apple Park la compañía explica al detalle todas las novedades en los sistemas operativos para el ecosistema. El alma de cada uno de sus dispositivos y lo que define qué son capaces de hacer.
Esta WWDC25 es aún más importante por el contexto en el que se llega a junio: el retraso de la Siri de nueva generación prometida con Apple Intelligence precisamente en la conferencia del año pasado está pasando factura a la compañía que incluso ha tenido que recurrir a cambios internos.
El fin del mundo nunca acaba para Apple

Tras más de diecinueve años cubriendo el mundo Apple - y algunos más como aficionado - hay también que contextualizar estas “crisis”, como algunos se empeñan en llamarlas. No es la primera de Apple, ni la más sonada - y la compañía (hasta hoy) ha sabido superar todas y cada una de ellas con nota. La más reciente, los problemas de Apple Maps que tras ajustes internos similares a los que hemos vivido estos días han sado lugar a una de las mejores apps de mapas del mercado. El mismísimo Tim Cook tuvo que publicar una carta disculpándose.
Apple es una compañía que siempre está en el candelero. Para bien o para mal, aficionados o detractores siempre la tienen en el punto de mira. No pueden permitirse un fallo como otras compañías, porque entonces son presa de los titulares en medio mundo. Desde los aficionados el nivel de exigencia es máximo, porque esta es una empresa de máximos - pero empresa, al fin y al cabo. Es por ello que muchas veces desde Cupertino son extremadamente cautos con los lanzamientos o declaraciones, aunque eso transmita la sensación de que han bajado la velocidad de crucero.

Durante estos más de dos décadas siguiendo a Apple he visto de todo, y me refiero a todos los ámbitos: desde expertos que auguraban una debacle económica al lanzar un reproductor MP3 llamado iPod de 300$, el fin de la compañía al pasar de procesadores PowerPC a Intel o la falta de credibilidad que algunos otorgaban a Steve Jobs cuando presentó el iPhone - porque no se centraban únicamente en ordenadores "que es lo que deberían hacer".
Si incluso cuestionaban al genio, la época de Tim Cook ha tenido también sus decisiones polémicas - aunque sin la salvaguarda ni el campo de distorsión de la realidad de Jobs. Y a pesar de que Cook y su equipo han sabido volver a coger las riendas en los momentos de problemas, cada día puede costarles más (quizás en su mejor activo, la reputación) volver a enderezar el timón.
No, no es el fin del mundo para Apple, al igual que no lo ha sido en otras ocasiones ni lo será en las próximas. Pero tampoco hay que subestimar los problemas de la compañía con la IA, un campo donde toda la competencia parece haberlos adelantado en resultados. Apple tiene que hacer algo: situaciones extraordinarias requieren medidas extraordinarias. Y el mejor momento para demostrarlo es el 9 de junio.
El contexto: Apple le dice a Gruber que la nueva Siri se retrasa

El artículo de Daring Fireball publicado el 7 de marzo de 2025 confirma oficialmente un retraso importante en una de las promesas más ambiciosas de Apple: la llegada de una Siri verdaderamente personalizada bajo el paraguas de Apple Intelligence. En palabras de la portavoz Jacqueline Roy, la compañía ha estado trabajando en una Siri más contextual y proactiva, con capacidad para actuar en nuestras apps y comprender nuestro entorno personal. Pero los planes han cambiado. Apple admite que no llegará este año, sino durante el próximo ciclo, es decir, con iOS 19 y macOS 16.
Lo primero que llama la atención es la forma en que Apple decide comunicar este tipo de noticias. Como bien dice el artículo, esto es “noticia de viernes” - ese tipo de anuncios que se lanzan al final de la semana con tono de “trombón triste”, justo cuando la atención mediática comienza a bajar como si ello no fuera a causar ruido. Sin embargo, hay algo que agradecer aquí: Apple, que raramente habla del futuro de sus productos, ha decidido sincerarse lo justo para gestionar las expectativas. Lo hacen sin confirmar explícitamente ni iOS 19 ni WWDC25, pero el subtexto es claro. Este año, entendido “año” como iOS 18, no toca. Sin embargo, viendo lo que vi en el Apple Park en la WWDC24, personalmente tengo esperanzas de catar algún trozo del pastel en las primeras versiones de iOS 19 que nos enseñarán en junio.

Según el autor, que conoce como pocos el dialecto de Cupertino, esta es una maniobra para enfriar la expectativa alrededor de una funcionalidad que generó mucho ruido tras su presentación en WWDC24. Lo de “Siri más personalizada” sonaba a magia: la posibilidad de que el asistente entendiera nuestro contexto, aprendiera de nuestras rutinas y pudiera actuar como un verdadero asistente personal digital. Lo que Apple ha hecho hasta ahora (mejoras conversacionales, integración con ChatGPT, escritura por teclado) ha sido positivo, pero lo gordo, lo que esperábamos de verdad, se retrasa.
Yo estuve en Cupertino el pasado WWDC24 y pude ver en acción la nueva Siri que los propios ingenieros de Apple nos presentaron en el Apple Park. Ni era un video, ni algo guionizado: delante de mis ojos a Siri se le preguntaba por acciones complejas y el sistema funcionó a la perfección, dejando con la boca abierta no sólo a mi, también al resto de compañeros de prensa a los que nos hicieron esta demostración. Por tanto, no significa que la nueva Siri no exista o no funcione: yo la vi con mis propios ojos y sí, ahí está. Pero también vi en 2017 el AirPower en el mismo Steve Jobs Theater que finalmente nunca salió al mercado. Esto quiere decir que un producto no sólo necesita funcionar en una demo para salir al mercado, también debe estar listo para hacerlo - funcional y técnicamente.

Ese tipo de funciones, las que requerirán que Siri tenga acceso profundo y seguro a nuestros datos personales - como correos, calendarios, recordatorios o preferencias de apps - no son triviales. Requieren de una arquitectura que garantice no solo eficacia, sino privacidad - uno de los pilares de la compañía. Y en eso, como he comentado antes, Apple no puede permitirse errores. Ni uno solo. En otras palabras: mejor retrasar que llegar a medias o con resultados que no sean adecuados.
Lo interesante aquí es cómo este retraso también deja en evidencia una presión muy real dentro de Apple por no decepcionar con Apple Intelligence, una de las apuestas más grandes de la compañía desde la transición a Apple Silicon. Lo que Apple mostró en 2024 fue una reinvención radical, casi una segunda vida para Siri (que no es poco). Que se retrase no significa que se cancele, sino que se cocina más a fuego lento. Y por otros cocineros.
El momento: las WWDC que nos han llevado aquí

Hubo un tiempo en que las WWDC eran terreno casi exclusivo del software. Recuerdo aquellas keynotes donde lo más rompedor era un nuevo Finder o un rediseño de iOS que, a fuerza de costumbre, uno aprendía a recibir con cierta ternura. Pero desde 2020, Apple decidió cambiar el rumbo y convertir sus conferencias de desarrolladores en auténticos manifiestos de futuro. La WWDC de ese año fue el pistoletazo de salida, en plena pandemia además: iOS 14 trajo widgets a la pantalla de inicio por primera vez en la historia del iPhone, y Apple decidió que era hora de dejar atrás a Intel para sus Mac, abrazando sus propios chips Apple Silicon con una promesa que aún resonaba: potencia, eficiencia y una experiencia unificada entre dispositivos.
En 2021, la ausencia de hardware no restó emoción. Fue el año de iOS 15 y su nueva mirada a la comunicación. FaceTime se volvió más humano, con sonido espacial y la llegada de SharePlay, mientras iMessage empezaba a entender que no todo es texto, sino contexto. Recuerdo especialmente el nacimiento de los modos de concentración, esa forma casi mágica de adaptar el dispositivo a nuestro estado mental y físico. Apple reforzaba su idea de que los dispositivos ya no son meros artefactos tecnológicos: son extensiones emocionales de lo que somos y cómo nos relacionamos con el mundo. Todo esto lo envolvía macOS Monterey, que iniciaba el camino hacia una mayor continuidad entre plataformas, como si el Mac y el iPad comenzaran a hablar el mismo idioma.

El 2022 fue un vendaval. iOS 16 le dio la vuelta a la pantalla de bloqueo del iPhone, permitiendo una personalización que hacía tiempo le pedíamos. El rediseño de la app Casa y la adopción de Matter señalaban que Apple ya no quería solo vivir en el hogar digital: quería ser su arquitecto. También watchOS 9 dio un paso más hacia el bienestar integral, sumando entrenamiento avanzado y una nueva app de medicación. Pero el verdadero golpe de efecto fue el MacBook Air con chip M2: una reinterpretación del modelo más querido de Apple, con un diseño delgado como una hoja y un corazón más potente que nunca, abrazando ya sin complejos la era post-Intel.
Y entonces llegó 2023. Todavía puedo recordar la sensación al ver el Apple Vision Pro por primera vez. Aquella keynote fue más que una presentación: fue un prólogo al futuro. El salto hacia la “computación espacial” dejó claro que Apple no estaba solo actualizando productos, sino creando una nueva categoría. Con visionOS y los gestos en el aire se dibujaba una nueva forma de interactuar, como si el ratón quedara tan lejano como los disquetes. También llegó iOS 17, más silencioso pero refinado, que trajo novedades como los Pósters de Contacto y mejoras en FaceTime, mientras el adiós definitivo a los chips Intel se sellaba con los nuevos Mac con M2 Ultra. Cerraba así una era de transición que comenzó tres años antes.

La WWDC24 fue el terremoto que llevábamos años esperando. Apple Intelligence irrumpió como una ola que lo cambió todo: Siri parecía renacer con una comprensión contextual sin precedentes y la promesa de ser realmente útil. Los sistemas operativos iOS 18 y iPadOS 18 abrazaron la personalización como nunca, permitiendo mover iconos libremente y rediseñando el Centro de Control con una lógica que pedía a gritos el sistema. La calculadora llegó al iPad, sí, pero lo hizo acompañada de Math Notes, que convertía los trazos del Apple Pencil en cálculos automáticos. Parecía un detalle menor, pero encerraba una pequeña revolución pedagógica. Fotos, Mail, Mensajes… todo cambió bajo el prisma de la inteligencia personal, con privacidad en el centro y un enfoque que nos hacía sentir que Apple no solo entendía nuestras tareas, sino también nuestras intenciones.
Cinco años, cinco conferencias, cinco piezas de un puzzle que ha ido tomando forma frente a nuestros ojos. Cada WWDC ha sido una pincelada en un cuadro más grande, donde el software ya no es solo funcional, sino emocional. Donde el hardware no es solo diseño, sino contexto. Y donde la inteligencia artificial no se presenta como un oráculo todopoderoso, sino como un copiloto que nos acompaña sin invadirnos. Eso quiere ser Apple Intelligence en el ecosistema como elemento diferenciador ante la competencia. Su Think Different de la IA.
La apuesta: la WWDC25 sólo puede venir con grandes sorpresas

La WWDC25 no es solo una cita más en el calendario de Apple: es el momento donde la compañía debe recuperar el pulso innovador que la caracteriza y demostrar que su visión del futuro sigue marcando el ritmo. Y si algo va a dejar claro este junio en Cupertino, es que ese futuro empieza con un rediseño radical de sus sistemas operativos. iOS 19, iPadOS 19 y macOS 16 llegan con una transformación visual sin precedentes, inspirada en el refinado universo de visionOS. El objetivo: unificar lenguajes, simplificar la navegación y renovar la experiencia para que saltar entre dispositivos no se sienta como cambiar de idioma.
Esta renovación no es solo estética. Hablamos del mayor rediseño desde iOS 7 en el iPhone y desde Big Sur en el Mac. Los iconos, menús, ventanas y botones adoptan una nueva lógica visual que bebe directamente del Apple Vision Pro: elementos translúcidos, mayor profundidad tridimensional y una coherencia visual que apunta a una experiencia más inmersiva y emocional. Apple no fusionará sus sistemas operativos, pero sí los hará conversar con una fluidez inédita.

Y todo esto llega en un momento delicado. Con la inteligencia artificial aún pendiente de entregarnos esa nueva Siri prometida, Apple necesita volver a enamorar con lo que mejor sabe hacer: diseño que funciona. Esta apuesta por el rediseño masivo con un nuevo motor técnico bajo el capó es el golpe de efecto que permitiría ganar tiempo sin perder narrativa.
Según las filtraciones y nuestras propias fuentes internas, el rediseño busca también hacer más sencilla la interacción con los dispositivos, reduciendo fricciones y mejorando la accesibilidad. Es una forma de responder a un ecosistema cada vez más complejo con una propuesta más limpia y centrada en lo esencial, sin renunciar a la sofisticación - algo en lo que sin ninguna duda Apple Vision Pro y su interacción natural ha sido una base clave.
Apple apuesta así por reactivar el deseo en un contexto de madurez tecnológica donde lo funcional ya no basta. Quiere volver a provocar ese efecto WOW que muchos sintieron al ver por primera vez el iPhone, el iPad o incluso el Apple Vision Pro. La WWDC25 puede - y debe ser - en este sentido, el inicio de un nuevo ciclo y un golpe - de los fuertes - sobre la mesa.
Porque en el fondo, Apple siempre ha sido eso: emoción envuelta en tecnología. Y si todos estos cambios como gran apuesta sirven para volver a recordarlo —con fuerza, con intención, con visión - entonces sí, la WWDC25 habrá cumplido su promesa en un marco muy delicado. Y quizás incluso habrá sembrado el terreno para que esa nueva Siri, cuando llegue, no lo haga sola, sino en casa.
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La noticia
Apple debe volver a enamorar al mundo en la WWDC25. Y esta puede ser su gran remontada
fue publicada originalmente en
Applesfera
por
Pedro Aznar
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