Robo de cables de tren en Toledo: cómo afecta a la tecnología que controla la seguridad del AVE

Un robo de cable de cobre en Toledo obligó a activar el modo seguro en la red AVE Madrid-Sevilla. Explicamos cómo funciona el sistema de señalización ferroviaria y por qué este tipo de sabotajes desconectan la tecnología que protege a los trenes.

May 5, 2025 - 11:28
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Robo de cables de tren en Toledo: cómo afecta a la tecnología que controla la seguridad del AVE

En plena operación retorno del puente de mayo, uno de los que más salidas experimenta desde Madrid, la línea de alta velocidad que conecta Sevilla con la capital de España ha sufrido un “acto de grave sabotaje”, en palabras del propio ministro de Transporte, Óscar Puente, que lleva desde este domingo afanado en resolver el incidente. Y esto solo unos días después de que el país entero se sumiera en un apagón eléctrico que paralizó todo y que tuvo también al gobernante bastante ocupado.

Hablamos del robo de cables en la provincia de Toledo que ha provocado el caos en la línea de alta velocidad Madrid-Sevilla. Más de 10.700 pasajeros se han visto afectados y al menos 30 trenes han sufrido retrasos de hasta seis horas.

Los ladrones sustrajeron unos 300 metros de cable en cuatro puntos distintos entre Los Yébenes y Manzaneque. Pero no se trata solo de un robo de material, el problema real radica en para qué sirven estos cables: cortarlos es un ataque directo a la seguridad y al funcionamiento de la red de trenes.

¿Qué tipo de cables han sido robados?

Aunque no se vea, bajo las vías del tren circulan datos. Cada metro de la línea AVE cuenta con sensores, balizas, circuitos de vía y sistemas electrónicos que informan en tiempo real del estado de cada tramo: si está ocupado, si una aguja está posicionada correctamente, si un tren debe detenerse o seguir su marcha.

Estos datos viajan a través de cables enterrados, muchos de ellos de cobre, que conectan el terreno con los enclavamientos electrónicos y centros de control. Cuando se corta ese flujo de información, el sistema entra en modo seguro, reduciendo la velocidad o paralizando la circulación.

Es decir: los cables de cobre forman parte del sistema de señalización, seguridad y comunicaciones de las vías. Si se cortan o sustraen, dicho sistema se cae. Por eso, ante una alteración, los trenes deben reducir la velocidad o incluso detenerse, activando protocolos de emergencia para garantizar la seguridad.

Aunque los trenes puedan seguir circulando, lo hacen en condiciones mucho más lentas y menos eficientes, lo que explica los importantes retrasos cuando se produce un robo.

En el caso de Toledo, aunque ADIF todavía no ha detallado el tipo exacto de cable robado, en ese tramo vías se utilizan cables multiconductores o de cuadretes de cobre, según detalla en un documento oficial el propio Ministerio de Transportes.

¿Qué consecuencias ha tenido para los pasajeros?

Miles de viajeros han quedado atrapados en trenes detenidos o experimentaron retrasos significativos. Por ejemplo, un tren Alvia que partió de Cádiz hacia Madrid sufrió un retraso de más de seis horas, llegando a su destino en plena madrugada.

¿Quién está detrás de estos robos?

La Guardia Civil investiga el suceso como parte de una posible operación de mafias organizadas, algunas procedentes de Europa del Este, especializadas en el robo de cobre. Este metal puede alcanzar precios de hasta 10.000 euros por tonelada en mercados internacionales, lo que lo convierte en un objetivo habitual para bandas criminales que revenden el material en fundiciones ilegales o exportan el cobre a países como China.

Sin embargo, en declaraciones a Onda Cero, el ministro Puente afirmaba que los ladrones “han ido a tiro hecho” y que, si es un robo, “estamos hablando de mil euros como mucho, pero los daños son terribles”. A su juicio, todo apunta a un “acto deliberado”. “Esperamos a ver si tiene un interés económico, que es mínimo, o tiene un interés de otro tipo”, concluía.

¿Qué medidas se están tomando?

El ministro de Transportes ha calificado el incidente como un “acto grave de sabotaje” y ha solicitado la colaboración ciudadana para identificar a los responsables. La Guardia Civil ha iniciado una investigación para esclarecer los hechos y prevenir futuros incidentes similares.

¿Se puede evitar el robo de cables?

El robo de cobre en infraestructuras ferroviarias no es un problema nuevo, pero su impacto sigue siendo grave. Para prevenir estos sabotajes, los expertos apuntan a varias soluciones:

  • Sustitución del cobre por aluminio o fibra óptica: aunque no siempre es posible, el uso de materiales menos atractivos para el mercado negro reduce el riesgo.
  • Canalizaciones más seguras: enterrar los cables en arquetas reforzadas o conductos sellados dificulta su acceso.
  • Sistemas de detección temprana: existen sensores que pueden detectar vibraciones anómalas o cortes de corriente en tiempo real y alertar automáticamente al centro de control.
  • Videovigilancia y drones: las cámaras en puntos críticos o el uso de drones para patrullar tramos vulnerables permiten una respuesta más rápida.

En declaraciones a Cadena Ser, Puente ha asegurado que el robo de cable se ha producido en “una zona en la que no hay nada, no hay prácticamente cámaras”, por lo que opina que es una acción “bastante coordinada” y que “quien lo hacía sabía perfectamente dónde iba”. “Una de las cosas que tenemos que plantearnos es reforzar la seguridad”, ha reconocido el ministro.