Este robot humanoide estará pronto en cientos de hogares: "Queremos que conviva y aprenda entre la gente"
¿Imaginas tener un robot humanoide que limpie el salón, riegue las plantas y te acompañe mientras cenas? Ese futuro, que hasta hace poco parecía exclusivo de las películas de ciencia ficción, está cada vez más cerca.

Durante décadas, hemos fantaseado con robots domésticos capaces de ayudarnos con las tareas cotidianas, desde los entrañables personajes de películas hasta los asistentes futuristas de novelas y videojuegos. La promesa de una vida más cómoda, con más tiempo para nosotros y menos dedicación a lo repetitivo, ha sido un sueño constante. Incluso hace poco se ha podido ver en España un tímido ejemplo de esta utopía con Unitree G1, disponible para su compra.
Sin embargo, en general la realidad se ha quedado lejos de la ficción y los robots están confinados a fábricas, laboratorios o en el mejor de los casos, a funciones limitadas como aspirar o fregar el suelo. Y desde luego no tenían forma humana.
Es posible que eso cambie pronto. La compañía noruega 1X —una startup respaldada por inversores como OpenAI— está a punto de lanzar un experimento sin precedentes: introducir su robot humanoide Neo Gamma en varios cientos de hogares reales. No se trata de una demo en una feria tecnológica ni de una prueba cerrada en un entorno controlado. El objetivo es que este robot conviva con personas, las observe, les ayude, y aprenda de ellas. “Queremos que conviva y aprenda entre la gente”, resume Bernt Børnich, CEO de 1X, en declaraciones a Tech Crunch.
Un robot diseñado para vivir contigo
Neo Gamma es un robot bípedo, con una estructura que recuerda a la forma humana: brazos, piernas, sensores, cámaras y una IA que le permite moverse, actuar y tomar decisiones básicas. Está diseñado para tareas sencillas pero necesarias: recoger el salón, abrir una puerta, llevar objetos de un lado a otro o incluso interactuar con humanos de forma respetuosa y natural.
En esta primera fase, no será completamente autónomo. Estará parcialmente dirigido por teleoperadores humanos, que actuarán como una especie de cerebro remoto para supervisar sus movimientos y decisiones en tiempo real. Pero la idea no es que dependa siempre de esa guía externa: el objetivo de 1X es recopilar datos del mundo real para que Neo Gamma aprenda a desenvolverse por sí solo en entornos impredecibles como una casa familiar.
Robots que aprenden entre nosotros
Lo realmente innovador del plan de 1X no es la forma del robot ni su capacidad para caminar, sino su enfoque de aprendizaje. En lugar de entrenar a Neo Gamma en simulaciones o entornos estériles, la empresa quiere que aprenda del caos cotidiano: niños corriendo por el pasillo, mascotas curioseando, platos por recoger, horarios cambiantes. Solo así —dicen— podrá adaptarse realmente al comportamiento humano.
Este enfoque, conocido como aprendizaje encarnado (embodied learning), está ganando terreno en el desarrollo de inteligencia artificial. Supone enseñar a los robots a través de la experiencia física en el mundo real, no solo mediante código o datos digitales. Y para eso, no hay entorno más rico —y desafiante— que un hogar.
El problema de la privacidad
La idea de compartir nuestra casa con un robot humanoide aún genera preguntas. ¿Estamos listos para que una máquina con forma casi humana recoja nuestros platos o doble nuestra ropa? ¿Cómo se protege la privacidad de los hogares? ¿Qué pasa si algo sale mal?
En el artículo de TechCrunch se menciona explícitamente que los operadores humanos podrán ver a través de los ojos del robot, es decir, a través de las cámaras integradas en Neo Gamma. Durante esta fase de pruebas, el robot será operado parcialmente por telepresencia, lo que implica que una persona estará supervisando y controlando algunos de sus movimientos desde otro lugar, accediendo al entorno visual del hogar donde esté instalado el robot.
Esto, evidentemente, plantea preocupaciones sobre privacidad. Aunque el artículo no detalla si habrá mecanismos de encriptación, protocolos de anonimización o consentimiento explícito por parte de los participantes, queda claro que los hogares donde se pruebe Neo Gamma estarán bajo observación parcial por parte de operadores humanos, lo cual puede resultar sensible para muchas personas.
Además, Bernt Børnich, CEO de 1X, reconoce en la entrevista que estas pruebas no solo buscan desarrollar mejores capacidades físicas en el robot, sino también explorar los límites de la aceptación social y ética de convivir con máquinas.
Desde 1X aseguran que la seguridad es una prioridad y que esta fase de pruebas servirá precisamente para identificar riesgos y necesidades antes de un despliegue más amplio.
Una carrera global por el robot del futuro
1X no es la única compañía que compite por llevar robots humanoides al hogar. Figure AI, respaldada también por OpenAI y Microsoft, presentó recientemente su robot Figure 02, que combina movilidad humana con inteligencia artificial avanzada para aprender tareas observando a los humanos. La compañía ya ha firmado un acuerdo con BMW para probar sus robots en entornos industriales, pero su visión también incluye su uso doméstico.
Tesla, por su parte, trabaja en su propio robot humanoide, Optimus, que Elon Musk presentó como una solución versátil para tareas repetitivas. Aunque por ahora el proyecto se encuentra en fase de desarrollo, Musk ha dejado claro que su intención es que algún día pueda ser utilizado también en el hogar. Incluso para cuidar a tus hijos o para ir a Marte.
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